Los realistas parten de la existencia de un mundo real independiente de nuestros pensamientos o deseos. Y es a este mundo real al que se refiere la ciencia.
Respecto al primer enunciado, la percepción de la realidad puede variar dependiendo, por ejemplo, del sentido que utilicemos. No obtenemos la misma información con la vista, el tacto, el oído, el gusto o el olfato. Incluso, la experiencia es distinta según las características particulares de cada individuo. El cerebro interpreta las señales que recibe a través de los sentidos y está entrenado para reconocer ciertos patrones. Una persona con una visión normal, no percibe lo mismo que otra con miopía, daltonismo o prosopagnosia. Los miopes tienen problemas con la visión de objetos que se encuentran alejados, pierden precisión e incluso pueden no verlos; mientras que los daltónicos tienen una percepción alterada de los colores; y aquellos con prosopagnosia pueden reconocer los elementos aislados de una cara, pero no integran bien la información, por lo que no reconocen el conjunto como un rostro, no lo asocian con una persona (aunque sea un familiar) y no entienden las expresiones faciales. Por otra parte, hay personas que por su profesión y entrenamiento tienden a detectar ciertos detalles que a otros nos pueden pasar desapercibidos. No obstante, aunque la percepción difiera entre distintos individuos, el objeto de la percepción no varía por ello. Es una realidad independiente del observador.
Algo parecido se podría decir de un trabajo de investigación. Los resultados pueden ser interpretados de diferentes maneras y llegar a distintas conclusiones. Sin embargo, los hechos son los mismos. Se podría esgrimir que los hechos o datos también varían según las técnicas o herramientas que utilicemos para medirlos. Es cierto, pero estas herramientas serían también una forma de percepción. Por tanto, los resultados pueden variar según los instrumentos empleados; pero el objeto que medimos sigue siendo el mismo, existe en una realidad independiente de nuestros métodos y nuestra interpretación.
En cuanto al segundo enunciado, en su contra se ha argumentado que la ciencia no puede valorarse en referencia a la verdad, entendida como la correspondencia de las teorías científicas con la realidad, sino a su adecuación empírica (Van Fraassen), si salva el fenómeno. Tenemos que admitir las limitaciones de la ciencia y del razonamiento inductivo. Como varias corrientes filosóficas han destacado, alcanzar la inmensidad de la realidad es impracticable. Por tanto, nos centramos en estudiar aquello que podemos abarcar, los fenómenos, y diseñamos modelos simplificados como herramientas de estudio que podemos manipular. A través de estos instrumentos y basándonos en las evidencias disponibles, intentamos comprobar teorías que expliquen los fenómenos. La validez de estas teorías dependerá de cómo hayan sido formuladas y de su demostración empírica (adecuación empírica), no de su correlación con la realidad. Aunque se consideren válidas, pueden ser verdaderas o falsas. Puesto que partimos de versiones parciales y utilizamos razonamientos inductivos, no se puede asegurar una certeza absoluta. Y es probable que, como entiende el realismo progresivo, las teorías evolucionen con la aparición de nuevas técnicas y conocimientos. Pero no por ello, se deben rechazar todos los conocimientos actuales, algunos quedarán obsoletos y serán sustituidos, mientras que otros se ampliarán. Por otra parte, que una teoría no se pueda comprobar con los medios disponibles, no quiere decir que sea falsa o que no pueda demostrarse posteriormente.
En mi opinión, ambos pensamientos, el realismo científico y el empirismo constructivo de Van Fraassen, podrían complementarse. Los dos admiten la existencia de una realidad independiente. Y es cierto que la ciencia, dadas sus limitaciones, se basa en el estudio de fenómenos, mediante métodos parciales, y teorías cuya validez puede depender de su adecuación empírica. Ahora bien, no debería conformarse con salvar el fenómeno como defiende Van Fraassen; sino que su finalidad ulterior debería ser el conocimiento de la realidad, es decir, acercarse lo más posible a la verdad, entendida como correspondencia entre las teorías científicas y el mundo real. ¿Se podrá llegar alguna vez a este tipo de conocimiento? Lo desconozco, pero cada pequeño avance nos remite, a mi parecer, al origen de la ciencia, el deseo por comprender el mundo que nos rodea y a nosotros mismos.
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