¿Periodista, comunicadora o divulgadora científica?

 

Imagen de marijana1 en Pixabay. 


En el Experto en Comunicación de la Ciencia que estoy cursando, me han pedido que reflexione sobre si quiero convertirme en periodista, comunicadora o divulgadora científica. Después de meditarlo… creo que en ninguna. Entonces, ¿por qué hacer un curso de comunicación de la ciencia?

Soy médico desde hace veinte años, especialista en neumología. Me he dedicado fundamentalmente a la actividad asistencial y docente. Y después de todo este tiempo he llegado a una conclusión: necesitamos mejorar la comunicación médica —al menos esa es mi impresión—. Posiblemente, si preguntásemos por la calle qué es un neumólogo o qué es lo que hace, muchas personas no sabrían explicarlo. Tenemos pacientes que no entienden muy bien por qué los han derivado a nuestra consulta y otros que nos confunden con los neurólogos —cuánto puede cambiar el significado de una palabra una sola letra—. Muchos salen de la consulta con dudas que no se atreven a preguntar y que pueden afectar a su enfermedad. Como ejemplo esta entrevista de un paciente con histiocitosis X en la que relata su experiencia: https://www.youtube.com/watch?v=OKZQmDJnSi8&t=3s.

Durante la pandemia, he podido observar que algunos términos médicos habituales en la práctica diaria generaban gran confusión entre el público general, o que tratamientos utilizados desde hace años para otras enfermedades eran calificados como “novedosos”. En algunas ocasiones, tanto el exceso como la falta de rigor han podido conducir a la incomprensión del mensaje.

Desconozco si el problema radica en que no hemos sabido comunicarnos adecuadamente o en que no hemos dedicado el tiempo suficiente; tal vez en ambos. Es cierto que las sociedades profesionales han realizado un gran esfuerzo en los últimos años. Aun así, en mi opinión, no es una labor que tengamos interiorizada. No hemos recibido una formación específica al respecto. Durante la licenciatura y la residencia, nos han enseñado cómo elaborar un artículo científico para una revista especializada o una comunicación para un congreso. Esto puede ayudarnos en nuestra carrera profesional, porque normalmente es lo que puntúa en una oposición y se valora en el currículum. Sin embargo, no se contemplan actividades como la comunicación institucional o la divulgación.

Uno podría pensar que por ser un profesional (científico, médico…) y tener conocimientos sobre su campo puede redactar una pieza periodística, una nota científica institucional o  un artículo de divulgación. No obstante, cada ámbito tiene sus peculiaridades, sus reglas, su estilo, sus herramientas… Si queremos llegar al público, sea cual sea, tenemos que prepararnos. De lo contrario, corremos el riesgo de ser ignorados o malinterpretados, lo que deja la puerta abierta a la desinformación y a las pseudociencias.

De acuerdo con el temario de la asignatura para la que estoy escribiendo, Los discursos de la Ciencia en la esfera pública, el periodismo científico se puede entender como aquel que pretende informar de la actualidad a cualquier audiencia, desde los medios de comunicación; la comunicación científica como la que disemina información desde las instituciones científicas, organismos oficiales, fundaciones, etc. hacia los medios de comunicación y la población general o especializada, y la divulgación como la que llevan a cabo los científicos sobre su área de conocimiento, dirigida al público general.

Y vuelvo al inicio: ¿periodista, comunicadora o divulgadora científica?

Me gustaría citar a Mónica Lalanda, una médica que colgó el fonendo y se dedica a la comunicación a través de la Medicina Gráfica, y a la que entrevisté para este blog. Desde su perspectiva, ella no se dedica a la divulgación, sino que hace medicina a través de la comunicación. Es una visión con la que coincido, la comunicación como medio para ejercer la medicina.

No sé si terminaré dedicándome al periodismo, la comunicación o la divulgación; probablemente ahora esté más cerca de las dos últimas. Pero no creo que pueda llegar a identificarme como periodista, comunicadora o divulgadora. Si tuviera que definirme en ese sentido, diría que soy una médica que por circunstancias de la vida está reorientando su labor de la medicina asistencial a la comunicación de la medicina.


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